Lo primero que vamos a hacer es preparar la salsa de albahaca y piñones, que le va a dar un sabor increíble a nuestra ensalada. Para eso, vamos a quitar las hojas de la albahaca del tallo y las vamos a lavar con agua.
Luego las vamos a secar con cuidado para no maltratarlas y las vamos a picar en un procesador de forma interrumpida, o con un cuchillo. Reservamos las hojas picadas en un bol.
Después, vamos a tostar un poco los piñones en una sartén sin aceite, solo hasta que estén dorados y suelten su aroma. Los retiramos del fuego y los dejamos enfriar un poco.
Luego, vamos a pelar el ajo y le vamos a quitar la vena del centro, que es la parte más amarga.
Después, vamos a machacar el ajo, los piñones y la sal en un mortero hasta que se forme una pasta. Si no tienen mortero, pueden usar una licuadora o un procesador, pero con cuidado de no triturar demasiado los ingredientes.
A esta pasta le vamos a agregar aceite de oliva y la vamos a mezclar bien.
Esta mezcla se la vamos a agregar a las hojas de albahaca picadas y le vamos a agregar un poco más de aceite de oliva si hace falta.
Así ya tenemos nuestra salsa lista, que la vamos a envasar en un frasco de vidrio y le vamos a agregar más aceite por encima para que se conserve mejor. Esta salsa la podemos guardar en la nevera por varios días y usarla para otras recetas. Ahora vamos a preparar la ensalada propiamente dicha. Para eso, vamos a picar el queso mozzarella en cubos pequeños y los tomates en cuadros pequeños. Los tomates los podemos pelar o no, según nuestra preferencia. Ahora, en un bol grande, vamos a mezclar el tomate, el queso y tres o cuatro cucharadas de nuestra salsa de albahaca y piñones. Lo mezclamos todo bien para que se impregnen los sabores.
Y por último, solo nos queda servir la ensalada en un plato bonito y le agregamos un chorro de vinagre balsámico y unos piñones tostados por encima para darle más textura y sabor.